Ayer, miércoles 9 de diciembre, finalice el último taller de paz ( Hatsurei- Ho práctica de purificación del método Reiki) en uno de los pueblos de la Mancomunidad del Alberche
La vida me hizo ayer, unos cuantos regalos de esos que no se olvidan ya que forma parte del proceso de ser el tipo de Maestra de Reiki que siempre he querido ser, en mi mente-corazón.
Os cuento, fue un taller muy íntimo pero sobre todo muy especial.
Todo comienza, unos días antes, cuando tengo que pedir a alguien que me lleve a este pueblecito de Madrid. El último brote de esclerosis múltiple, dejo un poquito más afectada la parte izquierda de mi cuerpo y de momento, la posibilidad de conducir queda totalmente descartada. Llame a Tere, una de esas amigas que no ves con mucha frecuencia pero que sabes que siempre van a estar ahí, si las necesitas.
Entre las personas, a veces se crean hilos casi mágicos que cuando se tiran de ellos siempre hay respuestas ya que la fuerza que los mueve y los une es la energía del amor de lo que representa una autentica amistad y para mi tirar de esos hilitos y obtener respuesta es todo un regalo. Gracias mi querida Tere, por compartir el viaje y la tarde del miércoles conmigo.
Bueno, llegamos al pueblo un poquito antes de las 5.30 porque me siento más cómoda si preparo el espacio donde voy a trabajar con energías Reiki. Llegó la hora y allí no apareció nadie. Sentada entre olores de lavanda y menta del humificador que había encendido hace un ratito y rodeada de piedras para que las mujeres entrarán en contacto y pudieran sentir con más facilidad la energía en las meditaciones, pasaban los minutos y todavía seguía sin aparecer nadie. Me pregunte qué habría pasado porque normalmente en estos talleres, el índice de participación es bastante alto. Ya sé me dije, como tuve que cambiar la fecha porque tuve gripe, eso es que las mujeres no se han acordado, no pasa nada, será que no tiene que ser hoy, hablaré mañana con concejalía de mujer y lo intentamos cambiar para hacerlo otro día. Y así en medio de una decisión recién tomada, me dispongo a recoger cuando de repente una mujer de unos 80 años, muy bien arreglada, con sus pendientes lagos y recién perfumada, abre súbitamente la puerta y entra a la sala, caminando con bastante vitalidad con su bastón, mira alrededor y me pregunta con una voz bastante fuerte que vibro con los sonidos del mantra om muni muni que estaba el Cd sonando en ese momento: “¿E AQUÍ LO DEL KIRI KIKI???????????”
Me paralice no sabiendo que responder. Pensé a lo mejor esta mujer se cree que es un taller sobre gallos y gallinitas je je je . Le dije que sí que era el taller sobre Reiki. Ella, se disculpo por haber llegado tarde y me dijo que tenía una gran caminata desde su casa hasta la casa de la cultura. Se sentó en una las sillas. Al ratito aparecieron dos señoras más y luego ya la tercera.
Guarde los papeles, encendí de nuevo la vela y comenzó uno de esos talleres que nunca voy a olvidar por la entrega de amor que pusimos TODAS para averiguar qué era eso del kiriki kiki.
Espero que lo disfrutaran tanto como yo.
Aquí os dejo un video para cotillear como fueron los talleres de paz del mes de Noviembre
2 comentarios:
SOY MATY, OS HE VISTO DESDE MI CASITA T LO HE PASADO BIEN CON UDS. ANIMO! DESDE ALMERIA OS APOYO Y ANIMO A SEGUIR ADELANTE CON AMPARITO QUE ES GENIAL Y PRECIOSA MAESTRA DE REIKI. BESOS
Que palabras tan emocionantes. Se me han saltado las lágrimas y todo con lo de los hilos mágicos. Sólo a tí se le podría ocurrir semejante frase para definir la amistad.
Bueno, bueno y lo del kikiriki, que risa. Que bonito que con 80 años la gente aún siga teniendo sed de aprender. Y en que buenas manos se puso la señora. Seguro que se fué como en una nube de algodón.
Sigue, sigue así, porque éste es tu camino. Lo haces fenomenal.
Besitos llenos de luz y amor.
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