EL AROMA DE
Rosa venidera, Rosa de ayer, de hoy,
emblema de la divinidad y encuentro de enamorados.
Me acerco a ti en un ejercicio de osadía temeraria.
¡Eres tan hermosa!, y peregrina, florista, curandera,
mayestática en tu forma, generosa en gentileza y donaire.
Regalas escaramujos y aceites que me embellecen
adornando las esquinas de mi cuerpo.
Ansío tu néctar para equilibrar el chakra de mi corazón
y que me ayude a desterrar la ira, el miedo,
la frustración, esa que me arrastra al abismo de tus espinas.
Fortaleces mis órganos y piel,
mi mente se vuelve poderosa con tus esencias rojas y rosas, amarillas…
Quédate conmigo, descansando en mis agotados ojos,
vivifica mis músculos contrariados por el esfuerzo y el dolor
de no saberme querida.
¡Eres tan esplendente! Déjame quedar a tu lado,
cobijada bajo un manto de pétalos.
El poeta Diego Sabiote dijo de ti:
Por una Rosa, ¿qué no haría el Rosal?
Nada dio tanto que hablar.
GRACIAS María Cruz
Mi querida amiga,tejedora de sueños GRACIAS por regalarnos esta poesia tan bella
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