
La finalización de la sesión
Al terminar el tratamiento hay que insistir en que el paciente se levante con cuidad o y suavidad, ya que la energía puede haberle afectado más de lo que sospecha. Es conveniente ofrecerle un vaso de agua y sugerirle que se ponga de pie lentamente. Se le puede recomendar tomar bastante agua durante los próximos días, para propiciar el efecto de limpieza.
La posible intensificación de los síntomas
Si el paciente tiene una crisis curativa es posible que se intensifiquen algunos síntomas por acción de la energía. Esto es más frecuente en casos agudos, debido a una aceleración de la energía y puede tener lugar durante dos días después del primer tratamiento. Por eso se recomienda en el principio, que el paciente se comprometa a tres tratamientos seguidos, durante tres días, si es posible. En casos agudos, suele ser interesante prevenir a la persona de esta posibilidad de sufrir una crisis curativa.
En el caso de una enfermedad crónica, el Reiki generalmente trae beneficios notables inmediatamente. Al continuar los tratamientos, el paciente normalmente nota una mejoría progresiva y si hay una crisis curativa será después de varias semanas. Parece que las últimas toxinas o vestigios del problema son las más difíciles de quitar. Hay que asegurarle al paciente que los síntomas son una buena señal de la efectividad del tratamiento. Se deben incluir tratamientos adicionales en ese momento para acelerar el proceso. EN los casos de enfermedad crónica, parece ser mejor no advertir al paciente de la posibilidad de esta crisis, ya que puede que no ocurra.
Dependiendo del tipo de patología y de la actitud del paciente, los efectos serán más o menos rápidos. Ya conocemos el valor de la actitud positiva del paciente hacia su propia curación. Siempre debe tomar parte activa en su tratamiento, en definitiva debe ser el más interesado en curarse. Pero no siempre es sencillo. Muchas veces nos encontramos con emociones reprimidas, bloqueos en la persona que le impiden avanzar. Es labor importante encontrarlos y ayudar en su solución, seguramente son parte fundamental en la causa de la enfermedad.
No existe una forma equivocada de dar Reiki, sólo hay actitudes inadecuadas que pueden bloquear la transmisión. Si estamos libres de interferencias personales y seguimos la regla de no-intervención, sin manipular la energía que canalizamos, el Reiki fluirá en la intensidad y duración adecuada.
Tampoco es posible, en el Reiki, absorber la energía del paciente. La canalización se produce en un solo sentido: hacia el receptor. No es necesario protegerse de las “energías nocivas” como en otros tipos de trabajos energéticos en los que se da la energía propia del operador.
De igual forma no puede el paciente recibir las “malas influencias” del terapeuta. Entendiendo la esencia de la Energía Reiki, comprenderemos que no está mediatizada por la influencia del operador.
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